martes, 28 de febrero de 2012

¡¡BASTA DE QUEJARSE!!

Queja: Expresión de disgusto, disconformidad o enfado. (definición de WordReference.com)

Comenzando por reconocer que un poco de queja alguna vez en la vida no está mal, principalmente cuando a través de ella podemos canalizar algún contratiempo inesperado y a modo de impulso nos permita descontracturar y poder alivianarnos para seguir y poder enfrentar el tema en cuestión, no hay mayores problemas, pero están quienes van más allá de ese instante fugaz de queja y ahí se complica...

Están aquellas personas que gozan de un buen empleo y todo lo que a su trabajo respecta no presenta mayores inconvenientes pero por otro lado están mal en el amor y entonces se hacen eternos problemas y exageran su pesar haciéndose carne del mismo como uno de los motivos por los que nunca logran alcanzar la felicidad 'completa', que por otro lado creo que es imposible de lograr como lo he comentado en Felicidad
en su momento.
Están aquellas otras personas que no se podrían considerar más afortunadas por estar al lado de otra persona, "la indicada", literalmente "soñada" por su carácter, compañerismo, apasionamiento, bondad, generosidad y todos los calificativos positivos que se puedan poner a alguien de estas características, pero por otro lado no están bien en el trabajo, ni con sus compañeros laborales, sus jefes, su sueldo o cualquier aspecto que provenga de él. Estas personas también se quejan y se lamentan, y nada las agobia más que su presente laboral y por ende su presente existencial.
Están las que tienen problemas familiares, con uno o varios integrantes de su familia biológica o política y, amén de que puedan estar muy bien en su situación sentimental y laboral, se quejan y transmiten esa dolencia a quienes se encuentran y observan que puede ser un blanco perfecto para escucharlas.
También hay personas que sin tener motivos específicos (aparentes) se comportan como las más desdichadas del mundo y vagan por todos lados haciendo gala de su estado de auto convocada desgracia. Desgracia que sólo ellas encuentran en el abanico de desafortunados hechos que constituyen su vida, y que si intentan explicarle a otra persona terminan por confundirla y abrumarla, al margen de que nunca puedan dejarle en claro el mensaje engorroso y catastrófico de su desventurada existencia.
Con el tema de la salud no quiero meterme, pero solo diré que están quienes sobrellevan enfermedades (que de solo escucharlas nombrar producen escozor) de forma estoica e impasible, comparadas con aquellas que andan (muchas veces hipocondríacamente) llorando su malestar y haciendo un círculo vicioso de negatividad que sólo les dificulta poder avanzar en la mejora de su mal, si es que existe o si es que permite una cura o mejora. Vale aclarar en este momento de la lectura que al hablar de personas que sobrellevan enfermedades complicadas con una entereza admirable, en realidad quizás sólo lo hagan para el afuera y vaya a saber como reaccionan y se muestran en la intimidad y en su soledad; pero en definitiva estoy hablando justamente de lo que se ve exteriormente y lo que demuestran algunas personas a través de la queja continua (a los demás).
Por último veamos a aquellas personas que usan la queja liviana, pero no por eso menos constante y molesta, de protestar por todo, y en el 99% de los casos, sin una razón valedera o aceptable. Por esto, por aquello, por este, por aquel... POR TODO!!! Toda situación, persona, entidad o espacio les remite a un lugar de fastidio, desidia y queja que las vuelve insoportable para quienes las rodean o se cruzan con ellas.
Es así que la queja se apodera de muchas personas que la toman como algo común y cotidiano y llegan a hacer abuso de su utilización cayendo finalmente en la costumbre de su uso.

¡¡BASTA!!

Apartemos la queja de nuestra vida para sacar provecho de cada situación que antes nos hubiese llevado a ella. Demos lugar a lo positivo, a aquello que nos permita fluir y clarificar esa situación o problemática que antes nos llevaba a quejarnos y que ahora, alejados de esa tediosa y viciosa postura, podremos enfrentar desde otro lugar y con otras fuerzas y energías renovadas, seguramente.

Que la queja, esa costumbre antigua, de otro tiempo, con connotaciones negativas y de tediosa y oprimente estirpe, salga de nosotros para que cada vez seamos más los que apelamos a cosas buenas y eficaces frente a "lo que sea" que nos toque vivir; y podamos estar más relajados y ser un poquito más felices, cada día.

Mejorar nuestra vida y su calidad es cosa de todos los días, y de pequeñas cosas.

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